El hombre que amo es mi pregabalina
He dejado de tener ganas de aprender otro idioma
pues el hombre que me confía sus secretos
me ha mostrado un nuevo sonido
el crujir de mis rodillas marca el ritmo
el tintineo de mis dedos le dice ven
sus labios cobijan hasta mi artrosis
debía tanto el karma a mi nueva vida
que me pagó con nuevas palabras
tal vez un nuevo libro
que aunque nunca vea la luz
me es suficiente escribirlo en su espalda
mi tinta de saliva
con cada verso ruego entrar en sus poros
voy a acompañar sus levantamientos
aplaudir siempre sus medallas
así como él grita que me ama
cuando leo con mis manos
los poemas que me inspira
entre el calor de amigues
que por segundos son testigos
del canto en el alma que sólo él y yo conocemos
cada mirada me quema
la luz de su cuerpo invade mis silencios
ya no pienso
dónde estaba cuando más frío tenía
hoy está a mi lado
es lo único que importa
tuve que naufragar para llegar a este año
donde todo ha mejorado
aunque mis articulaciones sigan fallando
con él me niego a volver al pasado
pues el hombre del que hablo es mejor que mi pregabalina
tal vez vivimos en otras realidades
tal vez fuimos marcianos
y el destino nos sigue juntando
no me importa qué tan común suene
decir que cada risa suya me ha enamorado
pues no creo haberlo hecho antes
ni había querido crecer tanto por alguien
él es un árbol
tan fuerte del cual me abrazo
me entrego a la vida
me acepto y avanzo hacia su caricia
con cada silencio
donde con sus manos me revela el significado de cada marea
me trae de nuevo las cosas que el viento se lleva
con tocarlo me revela el momento en que la materia cobró vida
ya ni me hace falta estudiar más filosofía
sus labios me guían en la oscuridad
esperé toda la vida
no hace falta más que disfrutar
sin final
sin guarida
sólo la certeza que en algún momento
despertaré a diario viendo su sonrisa.
-Rhye/Anne
no es cursi, queride
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